El Megane hatch se pone al día y recibe la misma opción enchufable que el familiar, con resultados dispares. Aunque parezca la misma carrocería que la del 2020, se desconoce por qué ahora ha salido esta nueva versión medio electrificada. Incluso en Renaulr no saben de las razones.

En definitiva ha llegado esta tecnología híbrida enchufable y que progresivamente está teniendo más seguidores.Principales rivales a este vehículo francés son el Seat León y el Volkswagen Golf.
Este es el territorio de la electrificación: si alguna vez se convence a la gran mayoría de los propietarios de coches para que se pasen a vehículo eléctrico completo, probablemente acabarán haciendo la transición a través de algo como un Megane PHEV. Al fin y al cabo, el segmento C sigue representando el 40% del mercado automovilístico europeo.
En este caso concreto, el Megane tiene una batería de 10,46 kWh montada en la parte trasera que alimenta un motor sincrónico de 49 kW montado en la parte delantera. Todo ello está acoplado a un motor de gasolina de 1,6 litros de aspiración natural, que produce 89 CV, para dar una cifra combinada total de 158 CV. De 0-100 km/ h se pone en 9,4 segundos, mientras que las cifras ecológicas son de 28 g/km y 48 kilómetros de autonomía eléctrica, algo que se puede decir, que está ahí en la media con la competencia pero no supone problema si te gusta su estética exterior e interior.
Con el modo B, este Megane puede recuperar y devolver algo de carga a la batería, algo poco habitual en los PHEV. La carga de la batería a través de un enchufe puede realizarse en un mínimo de tres horas.

Por lo demás, como era de esperar, el Megane de Renault sigue siendo el mismo de siempre. La cara corporativa de Renault se está convirtiendo en algo familiar porque es muy similar en todos los modelos, un detalle que es agradable por parte del fabricante francés. A los faros en forma de C le ayudan a diferenciarse del resto.
En el interior, la versión RS Line está dominada por la pantalla táctil vertical de 9,3 pulgadas totalmente integrada (los modelos inferiores tienen una de siete pulgadas). Es un elemento fácil de manejar, aunque no tenga un lugar donde apoyar la mano, mientras que hay botones físicos para el control de la climatización. Todos los Meganes RS Line tienen asientos muy acolchados y se sienten tan fuera de lugar como en las versiones normales de gasolina. Son cómodos, pero demasiado ajustados para un coche ecológico.
Teniendo en cuenta el mapa mental de los asientos delanteros, es extraño que al pulsar el botón de arranque sólo te reciba el silencio del motor eléctrico. Este motor tiene un buen par de 204Nm, por lo que el Megane es rápido al salir de los cruces, incluso buscando ocasionalmente la tracción delantera. Tampoco es lento en las aceleraciones con marchas cortas, ya que tiene mucho empuje.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)