Nissan ha desvelado por fin su coupé deportivo Z listo para la producción, el siguiente de una larga línea de coches Z que se originó en la década de los 60 y que ha continuado sin interrupción desde entonces.
Esta conexión con sus antepasados no es sólo una muestra, ya que el nuevo Z no está hibridado ni es totalmente eléctrico, sino que está propulsado por un motor V6 biturbo a la antigua usanza, accionado por las ruedas traseras con una transmisión manual de seis velocidades de serie.
El nuevo Nissan Z comparte su configuración biplaza de dos puertas (y el chasis subyacente) con su predecesor 370Z. Con 4.382 mm de longitud, el Z es 142 mm más largo que el 370, y casi igual de largo que un Toyota GR Supra. Con 1.850 mm de ancho y 1.310 mm de alto, es un poco más estrecho y alto que el Toyota, pero tiene una huella idéntica en la carretera con una combinación de gomas 255/40 R19 delante y 275/35 R19 detrás (en los dos niveles de acabado superiores).
Bajo el capó se encuentra un V6 con doble turbocompresor, concretamente la unidad VR30DDTT que impulsa las variantes de alta especificación del Infiniti Q50 y el Nissan Skyline del mercado japonés. La potencia es de 400 CV, con un par motor de 350 lb-pie disponible a partir de las 5.600 rpm. Esto sitúa sus cifras significativamente por encima de los Supras de la UE, que producen 335 CV con su unidad B58 derivada de BMW, aunque en otros mercados, incluidos Japón y EE.UU., el Toyota tiene 382 CV, lo que da al Nissan una cifra más alta a la que aspirar.
Otro contraste es que el próximo Z de Nissan estará disponible con una transmisión manual de seis velocidades, en lugar de ser sólo automática como el Supra con su unidad de ocho velocidades. Aunque los dos sistemas de propulsión suenan similares en cuanto a concepto, la combinación de una transmisión manual y un motor no desarrollado en Europa son probablemente factores que contribuyen a que el Z no pueda superar la normativa de la UE.
