El enunciado de este artículo no es ninguna tontería, de hecho la técnica tiene hasta su propio nombre, método holandés, y no es exagerado decir que puede salvar muchas vidas.
El método holandés para abrir la puerta del coche va un paso más allá de la costumbre (que todo conductor debe tener) de mirar los espejos retrovisores antes de abrir la puerta para apearse del coche.
Abrir la puerta con la mano derecha puede parecer más incómodo y es cierto que lo es ya que por proximidad lo más sencillo es accionar el tirador con la izquierda. Pero precisamente porque el conductor tiene que hacer algo más de contorsionismo el gesto es más seguro.

Al buscar el tirador con la mano contrario, el conductor se ve obligado a girar el cuello con lo que pone la vista en la calzada. De esta forma se asegurará con mayor precisión que si mira por los espejos retrovisores (el ojo humano no tiene ángulos muertos) de que no hay peligro.
El método holandés se convierte en la mejor forma de evitar un tipo de accidente muy común y que también tiene nombre anglosajón: el dooring.
El dooring se produce cunado un conductor o pasajero abre la puerta del coche sin asegurarse de que no hay nada ni nadie que se lo impida con la mala suerte de que en ese momento pasa un peatón, ciclista o motorista. El impacto puede hacer que cualquiera de los dos últimos salgan despedidos sufriendo graves lesiones.
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