La precaución y prevención son primordiales para no correr riesgos al volante o sufrir incómodos contratiempos, por ello antes de emprender cualquier viaje, es importantísimo ser previsor y comprobar que nuestro automóvil está en perfecto estado para circular.

Los frenos, junto con los amortiguadores y neumáticos constituyen el triángulo de seguridad activa del vehículo y de su buen estado y correcto mantenimiento dependen una conducción segura. En estos elementos está la diferencia entre frenar a tiempo y tomar bien una curva, por ejemplo, o no frenar y no tomarla, y tener un accidente. A pesar de que neumáticos, amortiguadores y frenos merezcan todo nuestro cuidado y atención, en muchas ocasiones estos componentes no son revisados ni sustituidos con la frecuencia recomendada.
– Frenos: Es indiscutible que los frenos son uno de los sistemas de seguridad más importantes del vehículo. El sistema de frenado nos ayuda a disminuir la velocidad y a detener el vehículo, por eso, tiene que funcionar con precisión, y nosotros, como conductores debemos asegurarnos de su correcto funcionamiento, y preocuparnos de realizar un mantenimiento adecuado de forma regular para que todas sus piezas; pastillas de freno, discos y líquido, estén en perfectas condiciones. Es fundamental realizar un mantenimiento de todos esos elementos, ya que si uno de ellos está afectado, también perjudicará al resto, y nuestro coche perderá capacidad de frenado recorriendo más distancia a la hora de deteners. Lo recomendable es cambia las pastillas a los 60.000 Km. y los discos a los 80.000 km. El líquido de frenos cada 2 años ó 30.000 Km.
– Amortiguadores: Los amortiguadores, forman parte del sistema de suspensión del vehículo. Estos se encargan de absorber y neutralizar las irregularidades del suelo, asegurando que los neumáticos estén siempre en contacto con la carretera. Si nuestros amortiguadores se encuentran desajustados, el coche no se adaptará bien al asfalto, lo que ocasionará que, en determinadas situaciones, los neumáticos pierdan el contacto con la carretera, provocando un desgaste prematuro o desigual del neumático y un menor agarre poniendo en juego nuestra seguridad. Se estima que cada 20.000 kilómetros debería hacerse una revisión de los amortiguadores, aunque esto varía dependiendo del tipo de uso que se le de al vehículo, y también de la propia edad del coche. También se recomienda que éstos sean cambiados entre los 65.000 y 90.000 km.
– Neumáticos: Es importante conocer el estado de los neumáticos y su presión ya que éstos son nuestra unión con la carretera. Muy gastados pierden hasta un 80% de adherencia con riesgo de sufrir aquaplaning, con la presión baja aumenta el riesgo de reventón y aumenta el consumo de gasolina. Una mala alineación reduce su vida útil en un 20%. Lo recomendable es cambiarlos a los 40.000 km o cuando su profundidad sea menor de 3 mm.
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