El 02 de mayo es una fecha señalada .29 años se hacen desde el accidente de Henri Toivonen y Sergio Cresto, y 30 del de Attilio Bettega, dos desgracias que tuvieron mucho en común, pues se produjeron justamente con un año de diferencia, en sendos Lancia y ambos con el dorsal 4 en sus puertas.
En el caso de Attilio Bettega, Córcega no le traÃa buenos recuerdos, pues ya se habÃa roto ambas piernas años antes en el debut del Lancia 037. Bettega, desde siempre ligado al grupo Fiat, realizó buenas actuaciones a finales de los 70 con un Lancia Stratos, que le valieron el honor de ser piloto oficial Fiat con el 131 Abrath y el Ritmo 75, y posteriormente ser uno de los pilotos de fábrica de Lancia, participando activamente en el desarrollo del 037. Su muerte, dio el primer aviso a la FISA sobre la peligrosidad que estaba tomando el Mundial de Rallyes, con coches cada vez más rápidos, más endebles, y tramos excesivamente largos, con condiciones extenuantes.
En cambio, Henri, hijo de Pauli Toivonen, vencedor del Monte-Carlo 1966, acababa de igualar la hazaña de su padre 20 años después a los mandos del nuevo Lancia Delta S4. Toivonen, era un piloto muy talentoso pero propenso a los accidentes. Fue oficial de marcas como Talbot (con el Sunbeam conseguirÃa su primera victoria en el RAC Rally 1980), Porsche, Opel y finalmente Lancia, donde encontró un equipo con garantÃas para iniciar una ofensa hacia el tÃtulo mundial en 1986. Con la épica victoria en la cita monegasca, un abandono por motor en Suecia, y la retirada de los equipos oficiales en Portugal tras el accidente trágico de Joaquim Santos, Toivonen se veÃa liderando con un extenso margen en Córcega, para ponerse lÃder en solitario del Mundial. Muchas teorÃas salpicaron el accidente del finlandés y su navegante estadounidense, Sergio Cresto; la medicación que tomaba Toivonen por el dolor de cabeza que sufrÃa aquel dÃa, la lluvia que le cogió con slicks montados en el Delta, los gases que pudieron emanarse en el interior del habitáculo debido a las altas temperaturas o simplemente un error de alguno de los dos. Algo que nunca se sabrá, pues las investigaciones posteriores no lograron esclarecer el motivo del horroroso percance.
Tres leyendas que no serán nunca olvidadas, al igual que el resto de pilotos y copilotos que se han dejado la vida en el automovilismo.
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