Al sustituir el antiguo y letárgico motor de gasolina de 2,0 litros por una unidad más grande de 2,4 litros (todavía sin turbo, por desgracia), el GR 86 ha ganado 23 CV y 38 Newton metros respecto a su predecesor. La potencia total es ahora de 228 CV y el par máximo de unos modestos 250 Nm. Pero no son sólo las cifras las que marcan la diferencia. Es su aplicación en la carretera.

El par motor alcanza su punto máximo a 3.700 rpm, lo que supone una gran mejora respecto al modelo del año pasado, que sólo alcanzaba su punto álgido a 6.400 rpm. El Toyota supera incluso al par motor del Mazda MX-5 con su pico a 4.000 rpm. Si lo comparamos con alternativas con turbocompresor como el Porsche 718 Cayman (1.950 rpm) y el Toyota Supra de cuatro cilindros (1.550 rpm), sin duda hay margen de mejora. Pero el GR 86 sigue siendo una clase propia en algunos aspectos.
¿No hay turbo? No hay problema.
Este coche por fin tiene un par motor real a bajas revoluciones y se siente rápido desde que se pone en marcha. El nuevo GR 86 tarda sólo 6,1 segundos en alcanzar los 100 km/h con la transmisión manual y 6,6 segundos con la automática. Ambas cifras son casi un segundo más rápidas que el modelo anterior y casi a la par con el Mazda MX-5 más ligero.

La respuesta del acelerador también es más rápida, y la potencia entra en acción de forma más agresiva: ya no hay que esperar hasta la línea roja. En circuito, el GR 86 ofrece un par motor más que suficiente para cubrir toda la distancia en tercera marcha, mientras que el modelo anterior requería unas cuantas reducciones a segunda marcha para encontrar la potencia en la misma pista el mismo día.
La transmisión manual de seis velocidades lo hace más rápido de cero a cien, pero también al contar con cambios rápidos, cortos. La transmisión manual de seis velocidades sigue siendo la primera opción si se desea el máximo placer de conducción.
Pero no hay que descartar el automático tan rápidamente. Toyota ha modificado la transmisión para hacerla más rápida y decisiva, especialmente en el circuito. A la caja de cambios automática de seis velocidades le encanta mantener las revoluciones justo en la línea roja y baja de marcha de forma inteligente cuando hay suficiente presión en el acelerador.
La versión base del GR 86 monta los mismos neumáticos finos Michelin Primacy HP (215/45) que el GT 86 del año pasado. Si te gusta que el eje trasero baile, deberías quedarte con los neumáticos de serie. Sin embargo, preferimos los nuevos neumáticos Michelin Pilot Sport 4S (215/40), que son de serie en el modelo premium. La goma Michelin, más adherente, proporciona al GR 86 un nivel de agarre que nunca habíamos experimentado en este coche.
Tan divertido como es conducir en la pista, el GR 86 es igualmente cooperativo en la carretera. La dirección es más suave y la suspensión un poco más blanda que antes: este coupé no retumba tan agresivamente sobre el pavimento roto como su predecesor. Con las llantas de 17 pulgadas de base, la maniobrabilidad es aceptable.
Pero el confort pasa a un segundo plano cuando se trata de la experiencia de conducción, y el vínculo de este coche con el asfalto no tiene parangón ni siquiera en la vía pública. La dirección rápida y táctil del GR 86 y los movimientos telepáticos de la carrocería hacen que sea especialmente divertido conducirlo por las carreteras del norte del estado de Nueva York. El acabado Premium demuestra una vez más que es la elección correcta, ofreciendo mejor agarre, más estilo y más seguridad que la versión estándar del 86.
En EE.UU., si eliges el modelo automático de base, obtienes el control de crucero adaptativo, el aviso de precolisión, el aviso de salida de carril y las luces altas automáticas. El acabado Premium añade comodidades como el aviso de ángulo muerto con alerta de tráfico cruzado.
Aparte de las obvias mejoras bajo el capó, el nuevo GR 86 también parece mucho más ordenado visualmente. Los faros orientados hacia abajo con acentos LED de serie adornan el frontal, los acentos negros a cada lado del parachoques albergan rejillas de ventilación funcionales, y la gran parrilla -como muchos productos Toyota- hace que el frontal tenga un aspecto más agresivo que su predecesor.

La parte trasera de este coche es preciosa. Las luces traseras con detalles en negro brillante se extienden desde el portón trasero sobre el alerón trasero, hay un alerón trasero curvado (en el modelo Premium) que hace que este coche parezca una zapatilla cara, y un difusor negro brillante rodea las puntas de escape gemelas.
En términos puramente técnicos, el nuevo GR 86 es más grande que su predecesor, pero por poco. La longitud total crece unos 2,5 centímetros, la distancia entre ejes sólo 5 milímetros, y hay algunas diferencias de tamaño visibles cuando se ponen los dos coches uno al lado del otro. Los voladizos delanteros y traseros del nuevo modelo son ligeramente más largos que los del modelo anterior, pero sólo los ojos observadores podrán notar la diferencia.
En el interior, Toyota no ha rediseñado por completo el interior, sino que se ha limitado a optimizarlo. Una pantalla táctil más grande, de 8,0 pulgadas, adorna ahora la consola central y es una mejora bienvenida con respecto a la pantalla menos que estelar de 7,0 pulgadas del año pasado. Los gráficos son más claros y el diseño general es más fácil de usar.
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