Los dos componentes que forman el sistema de carga y de arranque de un vehículo son el alternador y el motor de arranque. Ambos sistemas son imprescindibles tanto para cargar la batería (alternador) como para arrancar el vehículo (motor de arranque). Ambos son componentes imprescindibles en el vehículo, puesto que son la central eléctrica de nuestro coche, con lo cual deben estar siempre en perfecto estado.
El alternador es el componente o elemento del sistema de carga que se encarga de suministrar electricidad al vehículo. Este es el elemento del circuito eléctrico del automóvil que tiene como misión cargar la batería y transformar la energía mecánica en energía eléctrica, proporcionando suministro eléctrico al vehículo cuando el motor está en marcha. Por su parte, el motor de arranque es el motor eléctrico auxiliar encargado de mover el motor térmico hasta que el vehículo se pone en marcha, facilitando las explosiones de la cámara de combustión en el interior de los cilindros.
Son varios los indicativos que nos avisan de cuando es momento de cambiar o sustituir estas piezas tan importantes en nuestro vehículo:
– Cuando notemos que nuestro coche hace pequeños ruidos al arrancar y la intensidad de las luces y los LEDs del salpicadero, sea baja.
– Cuando accionamos el contacto del vehículo y el motor de arranque chirría, pero el motor no consigue arrancar.
Con la llegada del frio, el sistema eléctrico del coche puede sufrir fallos por agotamiento o descargas, de hecho, suele ser una de las principales causas de asistencia a los conductores durante los meses de invierno.
Un mantenimiento preventivo del sistema eléctrico del coche nos permitirá alargar la vida y rendimiento de nuestro vehículo, ayudándonos a detectar averías con prontitud que nos evitarán quedarnos tirados en la carretera en el momento más inoportuno. Por ello, aconsejamos una inspección preventiva, pues solo de este modo se puede localizar cualquier defecto con prontitud, permitiéndonos solucionarlas a tiempo sin correr ningún tipo de riesgo.
